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Actualmente, los virus son producidos en cantidades extraordinarias por muchisima gente
alrededor del planeta. Algunos de ellos dicen hacerlo por diversión, otros quizás para
probar sus habilidades. De cualquier manera, hasta se ha llegado a notar un cierto grado
de competitividad entre los autores de estos programas.
Los virus más benignos son aquellos que únicamente producen ruidos, manchas en la
pantalla o presentan falsos mensajes de error o agresivos, mientras que los dañinos son
capaces de borrar documentos e inclusive información y programas vitales tanto del
sistema operativo como del BIOS, e inclusive, en casos extremos, la lógica de operación
de la circuitería del sistema, en cuyo caso es necesario reemplazar componentes del
equipo.
Con relación a la motivación de los autores de virus para llevar a cabo su obra, no
existe una razón clara del porqué un programador crea un virus, algunos observadores
apuntan al ego y la vanidad, mientras que otros a traumas infantiles y complejos o
trastornos mentales, aunque en realidad los virus informáticos nacieron como un
entretenimiento, ya que en un principio se trataba de un juego para "matar" la
máquina de otro sin que este se diera cuenta o supiera cómo. Respecto a esto existe en
Internet un documento escrito por un escritor freelance Markus Salo, en el cual,
entre otros, expone los siguientes conceptos:
Algunos de los programadores de virus, especialmente los mejores, sostienen que su
interés por el tema es puramente científico, que desean averiguar todo lo que se pueda
sobre virus y sus usos.
A diferencia de las compañías de software, que son organizaciones relativamente
aisladas unas de otras (todas tienen secretos que no querrían que sus competidores
averiguaran) y cuentan entre sus filas con mayoría de estudiantes graduados, las
agrupaciones de programadores de virus están abiertas a cualquiera que se interese en
ellas, ofrecen consejos, camaradería y pocas limitaciones. Además, son libres de seguir
cualquier objetivo que les parezca, sin temer por la pérdida de respaldo económico.
El hecho de escribir programas vírales da al programador cierta fuerza coercitiva, lo
pone fuera de las reglas convencionales de comportamiento. Este factor es uno de los más
importantes, pues el sentimiento de pertenencia es algo necesario para todo ser humano, y
es probado que dicho sentimiento pareciera verse reforzado en situaciones marginales.
Por otro lado, ciertos programadores parecen intentar legalizar sus actos poniendo sus
creaciones al alcance de mucha gente, (vía Internet, BBS especializadas, etc.) haciendo
la salvedad de que el material es peligroso, por lo cual el usuario debería tomar las
precauciones del caso. Esto parece más una contradicción que un intento de matizar con
ética sus acciones.
Existen programadores, de los cuales, generalmente, provienen los virus más
destructivos, que alegan que sus programas son creados para hacer notoria la falta de
protección de que sufren la mayoría de los usuarios de computadoras. La gran mayoría de
estos individuos son del mismo tipo de gente que es reclutada por los grupos terroristas:
hombres, adolescentes, inteligentes.
En definitiva, sea cual fuere el motivo por el cual se siguen produciendo virus, se
debe destacar que su existencia no ha sido sólo perjuiciosa, ya que gracias a ellos,
mucha gente a tomado conciencia de qué es lo que tiene y como protegerlo. De cualquier
manera, hasta se ha llegado a notar un cierto grado de competitividad entre los autores de
estos programas.